El poder de un "pienso en ti"

"Yo también pienso en ti..." así inicia el mensaje que recibí de A luego de no saber nada suyo durante el fin de semana.

Estaba preocupado porque no sabía si viajó el sábado a la Ciudad de México, si había ido con su familia a la Ciudad de los Dioses o si estaba en Oaxtepec sobre el zarape que me ha visto abrazarle con fuerza.

Hoy vi una nota sobre un accidente en la carretera México-Oaxtepec. Pensé positivo y recordé el viejo adagio que reza así "las noticias malas siempre tienen alas".

Pero bajé la guardia de mi ego y decidí preguntarle ¿cómo estaba? No respondió. Subí otra vez la guardia.

Por la tarde tomé un café con mi mejor amiga, quien también justamente tenía los puños del ego arriba, listos para defenderse de los ganchos al corazón pues su galán llevaba un día sin buscarla a menos que ella lo hiciera.

Ahí tienen a los dos y de desamores analizando cada palabra de sus respectivos SMS, sin duda un par de loquitos, jajaja.

Pero llegó el punto en que la reté a romper su defensa y tirar otro golpe vía celular a V, su galán. Lo hizo y me retó a mí.

Yo lanzé un suave roce que dice así: "Llueve y llueve y yo pienso y pienso en ti".

Después vi en la pantalla de mi móvil la imagen del sobre cerrado que me indica el toquido de alguién a mi puerta.

Lo abrí ante mirada de mi mejor amiga. Sonreí. Estaba bien y pensaba en mí. El SMS decía más pero de eso me encargaré yo y el tiempo.

Mi amiga también recibió la respuesta a su golpe, suspiró al saber que en ella también piensa V.

Ambos salímos del café, llovía y llovía y pensabany pensaban en nosotros.

Un abrazo A.